Con tan solo un Click




Hoy en día resulta extremadamente difícil entender a los adolescentes.
Quizás es la misma frustracion que tuvieron mis padres al tratar conmigo.

Hace 35 años atrás no había Internet y los computadores estaban limitados a un grupo tremendamente reducido, probablemente universidades o centros de investigación. Tampoco había Internet, el correo electrónico estaba a modo de experimentación, las redes sociales que hoy día conocemos no existían. La unica red que se conocia en esos años era la red del hombre araña, el super heroe maximo de mi ninez. 

En mi infancia los ricos se juntaban en Santiago en el Club de la Unión y los no tan ricos en alguna fuente de soda o quinta de recreo.
Los amigos en mi infancia eran reales y el numero máximo de conocidos se limitaba a quizás a diez.
Hoy es posible ver como las personas tienen setecientos o mas amigos en facebook.

Se ha comprobado que el cerebro humano es capaz de recordar y reconocer no mucho mas que cientocincuenta amigos.
Tener setecientos amigos es una ilusión mas de nuestro mundo conectado.

Hoy los amigos son pasajeros, distantes, virtuales, frios  e inalcanzables.
Un puñado reducido podría quizás redactar una carta corta de unas veinte lineas hablando de lo simpático que eras y lo triste que ha sido tu muerte. Los demás no dirán nada pues nunca te conocieron.

En mi época los amigos eran nuestros vecinos y en los casos mas extremos compañeros de colegio que vivían a pocas cuadras de nuestro hogar.
En mi época la amistad se limitaba a algunos pocos kilómetros a la redonda.

Hoy se puede tener amigos a miles de kilómetros de distancia y eliminarlos de tus contactos y de tu vida con tan solo un click. 

Tambien se puede tener amor y sexo virtual con una desconocida remota e inexistente.

El mundo actual nos ha permitido esto y mucho mas.
Los cumpleaños de mi niñez eran simples. Mi madre hacia una torta de tamaño mediano, se tomaba leche con chocolate o te, una bebida imprescindible en mi país. Se ponían algunos caramelos y bebidas, por lo general Bilz y Pap, los invitados eran nuestros mejores amigos y poco importaba si estos venían acompañados por regalos, tampoco importaba si los modestos obsequios eran de alguna marca en especial. Los presentes se abrían después de que los invitados ya se habían retirado, como si se tratara de un ritual secreto.
El numero de invitados era reducido, los cumpleaños se celebraban por lo general en el comedor de la casa en la presencia de los padres.

No en los dormitorios y nadie consumia cocaina en el banno.
En esos años se solía regalar juegos de Ludo, Ajedrez y Diarios de Vida en donde descargamos las mas intensas experiencias juveniles. También podías recibir un juego de palitroques, todo de madera y deliciosamente pintado a mano.
Todo cambio radicalmente en 30 años.

El mundo actual es rápido y esta enormemente conectado, se puede comprar un computador en Hong Kong o tener sexo cibernetico con una enana coja de Tailandia.

Puedes tener un innumerable grupo de amigos que no conoces y que jamas veras en el comedor de tu casa para tu cumpleaños, pero sin embargo la gran mayoría de ellos te saludara con tan solo un CLICK.

Comentarios

JULIO PIÑONES dijo…
Me parece que se da aquí una visión muy lúcida y bien expuesta sobre el tema central de la diversidad de tiempos histórico-culturales, cuyas cosmovisiones nos hacen ver de manera tan distinta una y otra época, como si una fuera una lejana Edad Media y otra, digamos un supuesto "renacimiento", por sus creatividades tecnológicas, lo que,sin duda, pueden ser cuestionados a la luz del juicio intelectual, sobre todo, en lo ético.

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