Poemas y cuentos muy cortos

Se disipa la noche como una soledad anunciada, con su belleza lenta, la que penetra el silencio, la que derrama el recorrido brumoso de la quietud. He deshecho mis huesos, soy aún nocturno y blando como el pan sin hacer, extendido y moldeado por los dedos de los sueños de los que duermen allá abajo. La hora está en paz con el tiempo,  me vuelvo lento con la luz del dia, El sol cocina a fuego lento el amanecer.  Cuento las noches, me voy marchitando. Sueño con tu compañía y los dias parecen estáticos, infinitos.  Pasan las noches y de pronto corro hacia tus brazos que me reciben, me recogen y moldean nuevamente. A mi esposa Nelly ( invierno del 2015) 

El olvido también es una forma de amar. Amar tanto hasta olvidarse de uno, de tu familia , de tu tristeza, de tus sueños, de tus libros. Abandonarse a otro cuerpo como una puta las 24 horas del día. El olvido, el desapego, la renuncia, el vacío. He olvidado como se escribe alsaimer El olvido, camino lento y sombrío. He olvidado de olvidarme 

En un frasco guardo mis suspiros y tu mirada de mayo. Ese aroma incontenible que derramas y que perturba mis sentidos. Mis manos en tu espalda y tu en mi ser... Tu mirada extraña me confunde. Mil veces queriendo olvidarte. Mil veces queriendo besarte. ¿Como contener ese deseo que escapa de mi juicio y que se presenta furtivo entre mis sueños.? Tu a cada rato. Cada segundo, A cada rechazo. Pensamiento invasor deseado, endulzado, perturbado por el miedo. En un frasco guardo los recuerdos de mayo que al borde de la mesa esta balanceandose entre mi deseo y mi odio, entre las palabras mas dulces de fin de año. Mil veces queriendo olvidarte. Mil veces queriendo besarte.

Hubo un día donde yo había perdido la voluntad de vivir, se había quedado en la carretera, la carretera al infierno, no el infierno de la Biblia, sino el infierno terrenal. Recuerdo un vez que con mi amigo Chato Ron hablamos 18 horas continuas en un bar y no llegamos a nada. Intentamos hablar sobre el sentido de la vida y aunque partimos con pequeños gestos la conversación fue evolucionando al nivel de los gritos y en algún momento estuvimos a borde de los golpes de puños y botellazos. Según Chato Ron , existir no tenia sentido alguno, ya que en el único sentido que tenia la vida era beber. Recordé en ese momento al poeta Sirio Omar Khayyan y por un instante casi le encontré la razón. Pero la vida sin duda es mucho mas que beber. En aquella época debo haber estado lleno de odio y el odio nubla la vista, así como las drogas estrechan la conciencia. Es una época que la recuerdo como si la observara a través de un pequeño tubo, un pequeño tubo a modo de telescopio, pero u