MUNDOS OPUESTOS


Benjamin, mi jardinero, suele pasearse empujando su atronadora maquina cortadora de pasto como si este fuera impulsado por una fuerza titanica a 40 grados de temperatura.
La piel de Benjamin esta curtida por el sol y en sus idas y venidas con su carrito motorizado va fumando lentamente uno que otro cigarro, sin sentir la mas mínima de las fatigas. En su rostro se refleja el gozo de un niño con su juguete mas preciado. Se ve feliz amputando matorrales y cuanto objeto o ser encuentre en su camino.
Es feliz efectuando su modesta pero imprescindible labor.

Hace 15 años ya, con espanto vi como una corpulenta enfermera en la Posta Central en Santiago pasaba junto a mi canturreando la canción de Palito Ortega (un cantante argentino de los `60s) “Paro, paro paro parito, paro eh" , con la cual la desalmada mujer hacia referencia a un paro cardiaco fulminante que sufría un joven de mi edad el que moria frente a mis ojos luego de los infructuosos procedimientos a los que calmadamente fue sometido......me fui tiritando horrorizado y suplique a Dios que mi muerte fuera provocada por un chorro de rayos Gamma y que evaporara mi ser en un nanosegundo y no en las manos de semejantes criminales.

Que lleva al ser humano a perder su sensibilidad frente al dolor del otro ?
En que momento olvidamos que el trabajo dignifica a la persona ? .
Conocí personalmente prostitutas muy dignas en mi juventud....

Esto se repite diariamente no solo en clínicas y hospitales, sino se extiende a todo el quehacer humano, incluso en nuestros hogares.

En que momento se pierde el amor al trabajo ?, 
Acaso muchos empresarios no saben cual es su recurso mas importante?, sus trabajadores...
Es así la naturaleza humana?. Insensible y por lo tanto cruel e insatisfecha?

Thomas Hobbes, filosofo ingles afirmaba que el ser humano necesitaba de un tirano que lo gobernara, murió cerca de los 100 años y el único ejercicio que efectuaba era el de gritar desde su cama a sus sirvientes.

En sus oraciones nocturnas o matinales (si es que las tienen ) pidan fervientemente que nada acabe con la sensibilidad que hay en su corazón.

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